viernes, 20 de noviembre de 2009


Fuentes de buenos vinos y aguas medicinales
Chiclana es una población agrícola y artesana, con buenos vinos y aguas medicinales -Manantiales de Fuente Amarga.

Su estructura urbana es típicamente andaluza, con calles estrechas y patios floridos. Chiclana conserva las costumbres y tradiciones más genuinas de la Baja Andalucía: las romerías, el toreo, el flamenco, la elaboración del vino, el tapeo de mediodía... están presentes en la vida cotidiana de sus habitantes. En su gastronomía destaca la Berza Chiclanera de Tagarninas y las Tortas de Almendras de las Monjas Agustinas. Interesante es la visita a la fábrica de muñecas ataviadas artesanalmente con el traje típico.

Ermita de Santa Ana (Chiclana de la Frontera)



La Ermita de Santa Ana de Chiclana de la Frontera se alza en la parte más alta de la ciudad, sobre el cerro de su mismo nombre.
Responde a un proyecto del arquitecto gaditano Torcuato Cayón de la Vega, y su construcción se lleva a cabo entre los años 1772 y 1774, para lo cual previamente tuvo que ser derribado un molino de viento que existía en su lugar, y hubo de contarse con el permiso de las autoriadas militares, ya que el lugar era fundamental como punto de observación estratégico, como ha quedado constancia a lo largo de la historia de la comarca.
Se debe su construcción a la iniciativa de los hermanos Francisco de Paula y José Manjón, y se concibe como una singular capilla de planta centrada a la cual se superpone exteriormente un pórtico poligonal de ocho lados iguales donde se abren tres huecos de medio punto sobre pilastras en cada frente, el central siempre mayor que los laterales.
La ermita se cubre con una bóveda semiesférica sobre un pequeño tambor donde se incluyen cuatro huecos circulares para la iluminación interior de la capilla, y arranca de un amplia grada en su frente principal abierto a la ciudad de Chiclana y a la Bahía de Cádiz. Presenta sobre la cúpula un remate superior que aumenta la vistosidad y elegancia de esta singular construcción, cuya imagen recuerda a antiguos modelos bizantinos e hispanoromanos, y cuya silueta puede divisarse desde muchos kilómetros a la redonda por fuera de la ciudad.
En su interior, recogido y de profundo sabor neoclásico, figura un pequeño altar situado a eje con su puerta de entrada, donde se ubica en el interior de una hornacina la imagen de Santa Ana con la Virgen niña, de gran devoción popular, obra de escultor genovés afincado en Cádiz Domingo Giscardi.

La Ermita de Sta. Ana

Ermita de Santa Ana (Chiclana de la Frontera)

La Ermita de Santa Ana de Chiclana de la Frontera se alza en la parte más alta de la ciudad, sobre el cerro de su mismo nombre.
Responde a un proyecto del arquitecto gaditano Torcuato Cayón de la Vega, y su construcción se lleva a cabo entre los años 1772 y 1774, para lo cual previamente tuvo que ser derribado un molino de viento que existía en su lugar, y hubo de contarse con el permiso de las autoriadas militares, ya que el lugar era fundamental como punto de observación estratégico, como ha quedado constancia a lo largo de la historia de la comarca.
Se debe su construcción a la iniciativa de los hermanos Francisco de Paula y José Manjón, y se concibe como una singular capilla de planta centrada a la cual se superpone exteriormente un pórtico poligonal de ocho lados iguales donde se abren tres huecos de medio punto sobre pilastras en cada frente, el central siempre mayor que los laterales.
La ermita se cubre con una bóveda semiesférica sobre un pequeño tambor donde se incluyen cuatro huecos circulares para la iluminación interior de la capilla, y arranca de un amplia grada en su frente principal abierto a la ciudad de Chiclana y a la Bahía de Cádiz. Presenta sobre la cúpula un remate superior que aumenta la vistosidad y elegancia de esta singular construcción, cuya imagen recuerda a antiguos modelos bizantinos e hispanoromanos, y cuya silueta puede divisarse desde muchos kilómetros a la redonda por fuera de la ciudad.
En su interior, recogido y de profundo sabor neoclásico, figura un pequeño altar situado a eje con su puerta de entrada, donde se ubica en el interior de una hornacina la imagen de Santa Ana con la Virgen niña, de gran devoción popular, obra de escultor genovés afincado en Cádiz Domingo Giscardi.

Castillo de Sancti Petri

El Castillo de Sancti Petri está situado en el islote de Sancti Petri en San Fernando (Cádiz)
En la Antigüedad, dicho islote formaba parte de la isla principal del archipiélago gaditano y en él se hallaba el Templo de Hércules Gaditano. Hoy en día, sobre el islote se levanta un castillo-fortaleza de traza irregular construido en el siglo XVIII, cuya torre ya había sido edificada en el siglo XVI. Por su condición insular, sólo puede accederse a él en barco.

El islote de Sancti-Petri se encuentra en el extremo sur de San Fernando y se situa en la desembocadura del caño de Sancti Petri del que recibe su nombre. Antiguamente estaba unido a la isla de Cádiz por una vía que hoy no existe debido a la acción del mar, existiendo todavía vestigios de dicha unión.
Según los datos que nos proporcionan las fuentes clásicas, la expedición que fundó Gadir, allá por el año 1100 a. C., levantó en la parte oriental de ésta un santuario, el templo de Hércules o Melkart fenicio -protector de navegantes y comerciantes-, que actualmente se correspondería con la isla de Sancti-Petri, en cuya entrada, según Estrabón,un geógrafo e historiador griego, los navegantes ofrecían sus sacrificios, siendo uno de los mas importantes santuarios de la Antigüedad.